En los últimos años la provincia más viñatera del Noroeste argentino dejó de dedicarse exclusivamente a los varietales blancos y los Malbec, Tannat y Cabernet Sauvignon comenzaron a ganar litros y hectáreas. Con esta nueva identidad roja, Salta despierta la curiosidad de los consumidores como ningún otro paisaje vitícola.
La singularidad de sus vinos tiene fuerza suficiente como para ser un lugar único en el mundo, ya que no existe otro lugar como los Valles Calchaquíes para la vid. Nacen con el sol adherido en colores profundos, que junto a una sequedad fuera de serie, moldea aromas vegetales y salvajes.
Estos son los diez vinos que tenés que probar para conocer Salta.
EL TOP TEN:
1. CAFAYATE TORRONTES 2009 . La bodega Etchart es una institución en la zona y todos sus vinos llevan calada la impronta salteña. Sin dudas, el más destacado es el Torrontés de la línea Cafayate, un blanco fuera de serie en cuanto a su intensidad aromática y paso fresco. En eso, se parece a los atardeceres calchaquíes, cuando el aire adelgaza y las casas se pueblan con el perfume húmedo de los jardines recién regados.
2. NANNI TANNAT RESERVA 2007 . Los vinos de la bodega Nanni solían conseguirse hace ya algunos años de la mano de Lávaque. Hoy tientan con su regreso. Son la primera bodega orgánica del país y sus vinos tienen un costado tan liviano como el aire que corre constante por el valle. El Tannat Reserva 2007, con un poquito de paciencia en la copa, es el mejor ejemplo del futuro de esta variedad en los valles: fruta limpia y frescura natural.
3. JOSE LUIS MOUNIER TORRONTES 2009. Un Torrontés a la vieja usanza. A la nariz, abundan los jazmines del país, esos que trepan por las galerías de las casas coloniales, y echan sombra en las siestas calurosas del verano. En el paladar reverbera como el sol en las acequias, con chispas cálidas y sabor vegetal, como de agua pura que baja del monte a regar la viña de El Divisadero, en el pie del Cerro San Isidro.
4. CICLOS CABERNET SAUVIGNON 2007. Bodega El Esteco ocupa un amplio solar a la entrada de Cafayate y la vas a distinguir por su alto campanario blanco que se alza sobre el viñedo. Lo mismo pasa con este Cabernet, que levanta varios cabezas sobre el resto de la región, con una aromática frutal y especiada, y su gran cuerpo de paso suelto. Probalo con un cabrito de los que hacen en Salta y verás.
5. LABORUM MALBEC 2005. Es el resultado de una excelente y añosa finca con la cuidada enología de El Porvenir. Un Malbec de tanino fino como la arena de los suelos, con una madera bien ensamblada y ramificada en aromas, como los cardones que vigilan el río Calchaquí desde las laderas. Con empanadas salteñas y asado tenés el paisaje perfecto.
6. RD 2008. Elaborado por la bodega Tacuil, este blend con mayoría de Malbec brilla solo en el áspero terreno salteño. Potente y frutal, la testarudez de Raúl Dávalos logra un tinto de aromas briosos y profundidad admirable, con un paso jugoso como el de las buenas empanadas, sin haber tocado la madera. Entre amigos, con un cordero braseado, despierta la picardía que hizo legendarios a los Dávalos.
7. COLOME ESTATE 2006. Un blend que es 85% Malbec y el resto Cabernet Sauvignon y Tannat. Aquí el impacto es el resultado del sol a pique sobre la hostería de lujo arrinconada en la cordillera. De ahí viene este tinto, que entrevera luz en su color petróleo como los haces que atraviesan los parrales. En sus aromas se adivinan la arena mojada y brillante de los ríos.
8. ARNALDO B 2006 . De bodega Etchart, fue el primer vino de alta gama en salir de esta provincia. Marcó un camino que luego todas las marcas siguieron. Hoy es un icono infaltable de la región y cuenta por sí sólo el destino de una región. Representa el paisaje de uvas tintas que pobló Cafayate y alrededores desde mediados de la década pasada. El vino es un fuera de serie, potente y cordial a la vez.
9. YACOCHUYA 2003. Es el mayor emblema de la nueva enología “a la salteña”. Michel Rolland logra un Malbec concentrado, intenso y con un andamiaje de madera evidente que, reposado en decanter, amaina su paso hasta igualar la blanda pendiente del Valle, como se ve desde la finca en Yacochuya. A la nariz el trazo vegetal se cede paso a las frutas rojas. En este tinto la paciencia manda: conviene airearlo un buen rato antes de beber.
10. RUPESTRE 2006. Es la nueva cosecha de la etiqueta emblema de la bodega Domingo Hermanos. Un blend a base de Malbec, Merlot, Tannat, de una nariz compleja y compacta, con trazos frutales y vegetales agradables. Lo mejor, una boca rica con paso envolvente. Su suavidad agreste recuerda la roca gastada de los viejos morteros que abundan en el valle, y que verás a lo largo y ancho de la geografía Calchaquí.
Ruta del vino de Salta
Recorrido
El área de producción de vinos más importante de Salta se encuentra en los Valles Calchaquíes; presenta un clima seco y templado, óptimo para el cultivo y producción del Torrontés (única variedad autóctona del país y cepa muy bien adaptada a la región) y otros vinos de mesa.
Con una amplia biodiversidad geográfica, la provincia de Salta posee viñedos situados entre los 1600 msnm (5 249 pies) en Cafayate hasta más de 2400 msnm (7 874 pies) en las cercanías de Molinos, lo que le concede al vino un gran carácter, fuerte personalidad y alta calidad con fragancias, coloridos y sabores únicos. A través de esta ruta y todas sus bodegas puede conocerse, apreciarse y degustarse todas las cualidades del vino de altura.
La ruta del vino atraviesa lugares con paisajes muy llamativos como los de la Quebrada de las Flechas, Quebrada de las Conchas y pueblos centenarios como Molinos y Cachi con una enorme riqueza cultural que se expresa en la música y las artesanías.
Se destacan también los museos que la integran, como el de la Vid y el Vino en Cafayate o el Museo James Turrell de Colomé que cuentan la historia de la Vid en la región.
En los últimos años, la industria del vino en Provincia de Salta ha experimentado un gran crecimiento y desarrollo, favoreciendo la elaboración de excelentes vinos de alta calidad reconocidos en los mercados y concursos internacionales.
Breve reseña histórica[editar]
La vitivinicultura posee una larga tradición en la provincia de Salta.
La historia del vino en Salta se remonta a la temprana época colonial, cuando las primeras viñas fueron traídas por los jesuitas desde Canarias a mediados del Siglo XVII, más específicamente "a cuatro leguas del pueblo de Molinos" en la finca La Bodega (hoy La Angostura) en la región de los Valles Calchaquíes, donde se cultivaron 200 ha de viñedos, hoy desaparecidos.
En la actualidad, los viñedos se extienden en la provincia por más de 2500 ha en los departamentos de Cafayate, San Carlos,Angastaco y Molinos.
El principal centro productivo de la provincia se sitúa en Cafayate a 189 km al sudoeste de la ciudad de Salta, localidad que concentra cerca del 70% de los viñedos y donde madura la cepa del torrontés, un vino blanco que se distingue por su intenso aroma y sabor frutado. Esta variedad traída desde España ha alcanzado una expresión única en suelo salteño convirtiéndose en la uva blanca insignia de Salta y la Argentina misma; no obstante en los últimos años, el enorme desarrollo de la vitivinicultura provincial añadió otras cepas destacándose las uvas de variedad Malbec, Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon, Tannat, Bonarda, Syrah, Barbera y Tempranillo.
Es en las localidades de Cachi, Payogasta y Seclantás donde se encuentran y todavía puede verse hoy la producción de vinos artesanales.
Según los expertos, sólo el Valle de Aosta (Italia), algunas zonas de las Islas Canarias (España) y una pequeña área del estado de Colorado (EE.UU.) pueden compararse con esta región aunque ninguna ha aprovechado tanto el factor “altitud”.
Ya en su “Memoria descriptiva de la provincia de Salta” el historiador don Miguel Solá en 1899 decía: “El cultivo de la vid ha tomado, desde esta última década, una gran importancia en los valles Calchaquíes y en el valle de Lerma, siendo sus productos cada día más solicitados para la exportación y para el consumo. La uva del valle es de un aroma y sabor exquisitos, y se ven racimos que pesan hasta tres kilos”. Continúa detallando: “... el clima seco, que necesita la vid y el terreno pedregoso, un invierno fresco y un verano caloroso (sic), todas estas condiciones se encuentran en los Valles Calchaquíes".
Vinos de altura
Desde el sur de la provincia de Salta (en la frontera con Tucumán) hasta las alturas de la localidad de Colomé y casi introduciéndose a la Puna, los Valles Calchaquíes atesoran una veintena de bodegas con más de dos mil quinientas hectáreas de viñedos.
Debido a la altura respecto al nivel del mar en la que se encuentran, existe una mayor amplitud térmica (días calurosos y noches más frescas) donde los rayos solares son más intensos (mayor radiación solar por la altitud). Esto se debe a que la uva tiene una mayor exposición a rayos ultravioletas que por la altura se encuentran concentrados con mayor intensidad que en otras latitudes o zonas con más bajo nivel sobre el mar. Cuanto más alto se está, menos atmósfera deben atravesar los rayos solares, con lo que su intensidad es mayor.
Con gran amplitud térmica que puede llegar hasta los 38º y descender por la noche hasta los 12º, se torna ideal para la maduración de la vid debido a que las variaciones térmicas incrementan de forma notoria la acidez del fruto.
También en esta región las lluvias suelen ser escasas y con aproximadamente 350 días de sol maduran los racimos.
En las alturas el aire es más fresco y limpio por acción de los vientos y la vegetación goza de excelente salud gracias a la ausencia de pesticidas, dando lugar a la elaboración de vinos orgánicos a través de procesos naturales y sin aditivos. Las características particulares del suelo por sus componentes minerales también influyen en la vid; los suelos son más pobres y pedregosos (franco-arenosos formados a partir de granos gruesos con gravilla y arenas finas en la superficie) y las aguas provenientes de los deshielos destilan pureza.
La suma de estas condiciones climáticas hacen que durante los últimos meses del período de gestación de la uva (en Argentina, de enero a marzo) ésta realice una maduración lenta y prolongada y con una buena sanidad. Así, se desarrollan vides de granos más sufridos y con mayor proporción de hollejos (piel más gruesa y oscura) potenciando la acumulación de aromas y sabores en el fruto junto a un notable incremento de la acidez, por lo que posteriormente permiten lograr vinos más frescos y vivos. Comienza a ser fundamental entonces, en el caso de las uvas tintas, ya que en el hollejo (piel) se encuentran los taninos. Los vinos elaborados con estas uvas ofrecen una gran variedad de color, amplitud y con aromas mas intensos y distintivos con una mayor complejidad en boca. Además se convierten en mucho más aptos para la crianza en barricas, ya que a mayor acidez y proporción de taninos mayor es la posibilidad de obtener mejores vinos de guarda.
La conjunción de estos factores hace que los vinos de altura gocen de características organolépticas propias con alta concentración de aromas y sabores así como de colores,constituyéndose como un producto exótico; y es justamente en la zona alta de los Valles Calchaquíes donde se encuentran los viñedos más altos del mundo. Como simple curiosidad se sabe que la bodega más alta del planeta es Colomé a 2700 msnm (8 858 pies), la que posee el viñedo más alto del mundo a 3111 msnm (10 206 pies).
Características esenciales de los vinos de altura
- Colores rojos y violáceos intensos, buenas intensidades y matices
- Carácter fino y frutado
- Entradas agradables, de gran persistencia en la boca
- Para servir entre 17 y 19º
- Ideal para acompañar carnes rojas asadas o al horno
Impulso y modernización de la vitivinicultura salteña[editar]
Desde el año 2000 hasta la actualidad la superficie de viñedos se expandió en Argentina un 13,6%; con importantes inversiones económicas en los últimos años para mejorar los procesos productivos en los Valles Calchaquíes el resultado fue el doble, un 28% al sumar 602 nuevas hectáreas, llegando a una superficie total de 2635 ha en enero de 2013.
Los proyectos se desarrollaron en Cafayate, Animaná, San Carlos, Angastaco, Molinos y Cachi, haciendo crecer en Salta en la última década un 140 % la cantidad de bodegas pasando de 15 a 36 establecimientos registrados en el Instituto Nacional Vitivinícola (INV) de Argentina.
Actualmente, bodegas realizan estudios para determinar la potencialidad de adaptación de nuevas variedades para la zona como ser plantines de origen californiano y francés. De la superficie total de viñedos que existen en la provincia, el 99 por ciento de las uvas que se producen se destina a la vinificación.
Buscando expandir la comercialización, se puso en funcionamiento en el año 2006 la "Asociación de bodegas de Salta"y recientemente, a principios de 2012, con la creación del "Consorcio de exportación" productores vitivinícolas conforman el primer consorcio temático del vino de Argentina.
Con acciones como el "Plan de mejora de la competitividad" y el "Programa de posicionamiento del vino de altura" se busca dar un mayor impulso al sector; con la "Degustación de vinos del año" la que se realiza en el mes de diciembre se busca conocer los mejores ejemplares de los vinos elaborados durante el año que termina, y con el fin de promocionar y difundir el trabajo y el esfuerzo de los productores y su gran evolución de los últimos años, eventos como "Semana de vino en Salta" y el “Salón del vino de altura” realizados en las ciudades de Salta, Buenos aires y Córdoba entre otras, ganan cada año más adeptos, destacándose la convocatoria que año a año logra este tipo de eventos.
Bodegas boutique y servicios
En la actualidad se exportan desde la provincia de Salta 1.200.000 botellas de vinos premium a 30 países de todo el mundo, y aunque la participación de los salteños en la producción nacional es del 1%, la presencia de los vinos salteños se hace fuerte en materia de exportación con el 15% del volumen total, exportando inclusive más que las provincias de San Juan, La Rioja y Neuquén,por lo que actualmente Salta es uno de los destinos preferidos de la Argentina en enoturismo,registrando sus bodegas la visita de más de 183 mil turistas sólo durante el año 2011,cantidad que año a año se incrementa notablemente.
Modernas bodegas equipadas con nueva tecnología han incorporado nuevos servicios para los turistas, que varían desde las tradicionales visitas guiadas por las plantas de producción y los viñedos, donde pueden degustarse vinos tintos, blancos y rosados con una calidad de primer nivel, hasta alojamiento en confortables estancias entre los viñedos, infraestructura necesaria para la realización de eventos, servicios de spa, gastronomía, la posibilidad de participar en la elaboración del vino y clases dictadas por enólogos, entre otras actividades. De esta manera pueden combinarse este tipo de propuestas con actividades relacionadas con el ecoturismo, turismo cultural y el turismo aventura
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