sábado, 30 de agosto de 2014

La otra cara de la historia
Por Christian Vitry
Con la mirada perdida en lontananza, David Cruz observaba casi extasiado como avanzaba la línea de fuego sobre las laderas de los cerros; cientos de hectáreas de pastizales y arbustos consumiéndose inexorablemente con la oportuna ayuda del sediento y febril viento zonda.
David, un pastor más de la extensa geografía cordillerana de estas latitudes, contemplaba -no sin cierta satisfacción- como las llamas abrazaban las montañas.
Rodrigo, hombre de ciudad y caminante de las cumbres, veía que parte de su vida se iba en esas llamas. Las visiones, tanto como los mundos y concepciones de vida eran diferentes, el pastor, en esa sábana ígnea veía plasmada parte de su ya bastante deteriorada continuidad cultural; costumbre arraigada en el tiempo y el espacio, heredada de sus ancestros y puntualmente cumplida por respeto a ellos...a él...y su descendencia.
Costumbre depredatoria, extraña, irracional, antiecológica y, sobre todo peligrosa, pensaba Rodrigo, sin ni siquiera imaginar lo que pasaba por la cabeza de su eventual compañero. Se imaginaba la desesperación de los animales acorralados contra un alambrado o frente a un peñasco, el suelo desprotegido, árboles que con tanto sacrificio crecen en las alturas consumiéndose en cuestión de minutos, rocas fragmentadas, remoción de tierras en épocas de lluvia, accidentes, y toda una serie de consecuencias ambientales y sociales, sustentadas por una añeja costumbre de quemar los pastizales de las montañas, con la estéril y poco científica creencia de que los pastos -cuan ave fénix- crecen con mayor fuerza luego del incendio.
Cientos de fundamentos científicos, sanciones, leyes, campañas de concientización y otros recursos a los que se pueda echar mano son y posiblemente serán insuficientes para erradicar esta costumbre popular de quemar los cerros. El matutino local salteño anuncia con gran preocupación los trastornos acasionados por los treinta y un focos incendiarios distribuidos solamente en las montañas que rodean al valle de Lerma, pero los incendios van mucho mas allá de las extensiones del valle capitalino. La Quebrada del Toro, la Quebrada del río Capillas, los Valles Calchaquíes, numerosas partes de la Puna e inclusive amplios espacios de las Sierras Subandinas y Llanura Chaqueña.
¿Es que la gente se pone de acuerdo para incendiar?, ¿porqué “atentan” contra la naturaleza de esta manera?, ¿se puede uno perjudicar tanto por una “simple” costumbre de la cual se “sabe” daña al medio ambiente y produce desequilibrios ecológicos?; muchas son las preguntas que surgen a raíz de este fenómeno de la cultura popular, mas pocas son las respuestas o las vías de solución a este problema que, con la presión demográfica adquiere elevados índices de peligrosidad.
David, sin preocupación por el hecho que acontecía seguía observando con gran paz, tranquilidad y complacencia, sus oscuros ojos clavados en el fuego veían una vez más como se concretaba un eslabón del ciclo de su cotidianeidad. Un ciclo heredado y transmitido a través de los siglos, un calendario que no “respeta” las pautas establecidas por la cultura occidental. Es que el calendario agrícola de los pastores es difícil de entender para los hombres de ciencia, ya que está plagado de sabiduría fáctica y simbolismo, lejos de los estudios teóricos de los ciclos biogeoquímicos, fisiología vegetal, impacto ambiental, cadenas tróficas, ecología, entre tantos otros estudios de avanzada; dos dimensiones pocas veces compatibles y a menudo enfrentadas como en este caso de la quema de cerros. Dos concepciones y percepciones del mundo tan antagónicas como David y Rodrigo.
“Cuando comienza el mes de agosto le ofrendamos a la pachamama que se despierta con hambre y debemos alimentarla bien por todo lo que nos da, los ancianos y los que saben hacen las ofrendas, pocos tienen la suerte de ver lo que se hace en el cerro -comentaba David Cruz-,...a mediados de este mes, que es muy especial, quemamos los cerros...”. Rodrigo, creyó en un principio haber escuchado mal, pero no, era correcto lo que sus sentidos le indicaban. Perplejo y sin poder disimular su enojo al encontrarse ante uno de los responsables de la quema de los cerros, Rodrigo increpó a David. El pastor, convencido de lo que había hecho y con la característica calma andina resultó ser un muro encallecido para Rodrigo. Resignado e impotente ante esta situación, el forastero se empezó a interesar por las causas “reales” de esta costumbre popular.
De manera frontal y con muy poco tacto realizó Rodrigo la pregunta sobre la causa de la quema de los cerros. Esquivo e inteligente David respondía lo que se le venía en gana, desviando la conversación a otros temas relacionados, pero que, a la postre, terminaron brindando una completa y compleja explicación.
“Al cerro no le pasa nada cuando lo quemamos...”, decía David; ante la escueta y cortada respuesta intentó Rodrigo nuevamente exponer su punto de vista, hablándole de la ecología y el equilibrio natural de los ciclos, con ejemplos de redes alimentarias y cadenas que se ven truncadas por fenómenos catastróficos como los incendios, contaminación, matanza indiscriminada de algunas especies, fumigaciones y otros tantos casos, conscientes o no, que dañan nuestro hábitat; tratando tal vez de convencer de los daños que ocasiona esa costumbre popular al medio ambiente.
“¿Ecología ?, entonces ustedes no saben nada de eso. A veces a nuestra comunidad vienen los ingenieros a enseñarnos como sembrar[sonríe con cierta ironía], nos hacen cultivar las papas y el maíz en lugares nuevos, donde no se dan tan buenos como donde nosotros lo sembramos. No nos escuchan y pierden mucha plata cuando es la época de la cosecha. También pierden plata con todos esos polvos y cosas que nos hacen echar a las plantas para sacarle los bichos, no saben que nosotros dejamos crecer otras plantas que matan todos esos bichos y lo que cultivamos sale sanito”. Boquiabierto y sin tener respuesta ni fundamento para decir nada prosiguió el caminante la conversación con David, tratando siempre de reencauzar la respuesta hacia la quema de los cerros. Estaba Rodrigo incursionando en un tema espinoso, David estaba dentro de su aparente indiferencia y armonía tieso e intranquilo, estos temas lo ponían muy incómodo y trataba rápidamente de huir de algunos cuestionamientos.
Dejando de lado las pasiones personales y sesgos que estas producen intentó Rodrigo despojarse de su etnocentrismo y entender mínimamente el mensaje de David. Con otra predisposición y totalmente relajados, dialogaron sobre muchos temas, ya no importaba la respuesta exacta a la pregunta varias veces realizada, no intentaba canalizar la réplica y temas de conversación, mientras tanto, observaban como se ennegrecían las laderas del cerro del frente, mientras el sol se ocultaba armonizando en el horizonte.
Mi abuelo discutió bien fiero con un político que una vez vino a decir que nos iban a mandar gente para que nos enseñen a regar y preparar la tierra y los canales de agua. El viejo le recordó al Concejal que una vez vinieron los ingenieros a hacer los canales y ese año cuando llovió se rompieron todos y la tierra quedó llena de quebraditas”, comentaba apasionadamente David mientras compartían unas naranjas.
La actitud inquisitiva de Rodrigo poco apoco se fue convirtiendo en vergüenza ajena, cada comentario de David hacía relucir la ignorancia “nuestra” respecto al medio ambiente, como así también las altaneras y soberbias actitudes de políticos, ingenieros, curas y toda persona que pretende por todos los medios cambiar una “forma de ser” o cultura de un pueblo. Frases y comentarios retumbaban como cachetadas aleccionadoras, y quien pretendió en un primer momento ser el “maestro” estaba siendo instruido por el “alumno”, el increpador ahora era el increpado.
Finalmente, mientras descendían por la falda en dirección al puesto de los Cruz, el pastor encontró el momento oportuno para confesar su secreto. Con voz pausada, mirada dura, un gran sentimiento y profunda convicción, David, manifestaba que el fuego era mucho más que eso para ellos.
El sahumerio es mucho mas que puro humo, pensaba Rodrigo haciendo un paralelo a lo que acababa de escuchar. Algún observador que no sepa el significado y simbolismo de esta práctica de sahumar bien podría decir que es una usanza extraña, primitiva e insalubre por el hecho de llenar las habitaciones de un denso humo, que en muchos casos produce tos y desagrado.
“Después del fuego las cosas quedan limpitas, puras, como nuevas”, acotaba David, y allí estaba la clave de la respuesta que había estado esperando. La plática prosiguió por cauces naturales, hablando cada uno de las más intimas convicciones, el cálido viento no menguaba su fiereza colmando el espacio de polvo, cenizas y sonidos.
“...Los pastos crecen con mas fuerza después de la quemazón...pero esto no es por las cenizas producidas por el fuego, es por el mismo fuego...”. Ante este comentario Rodrigo no podía ya hacerse el desentendido, aunque en realidad no entendía nada. Siempre había pensado que la acción de quemar los pastizales favorecía (o podría hacerlo) a la tierra por el hecho de abonarla con las cenizas ricas en minerales, corroborado esto con la expresión de David: “...Los pastos crecen con mas fuerza después de la quemazón...”; Rodrigo estaba muy desorientado y no terminaba de entender lo que el pastor quería decir cuando dejó escapar esa frase de sus labios, expresando que lo importante era el fuego y no las cenizas para abonar la tierra.
Se había creado un ambiente muy cálido, muy humano; dos personas de culturas y concepciones diferentes se encontraban tocando temas de gran profundidad. No quiso Rodrigo quebrantar ese momento con la pregunta directa del simbolismo del fuego, simplemente dejó que el diálogo fluyera tan natural como el viento y el agua del arroyo; en su mente retumbaban las palabras de David, de las cuales había aprendido y aprehendido bastante.
Se produjo una tregua, el silencio y el crepúsculo pasaron a dominar la escena, el viento había cesado y ambos se encontraban sentados sobre una enorme roca. Rodrigo, tenía en mente descender los últimos cien metros hasta el puesto donde lo aguardaba su compañero en la carpa, pero de pronto, David rompió su mutismo y comentó: “El fuego limpia...cuando quemamos los cerros estamos limpiándolos de todos los males, le sacamos las malas ánimas...el cerro nos da agua, atrae las lluvias, alimenta a nuestros animales, nos da comida, minerales, piedras para construir nuestras casas y corrales...en los cerros vive la PACHAMAMA...los cerros están mas cerca del cielo y reciben los fuegos de los rayos...a los cerros los respetamos y le hacemos ofrendas para que nuestras comunidades estén bien, sanas y alimentadas. Es por eso que nosotros le prendemos fuego a los cerros, los tenemos que purificar y sacarle todos los males para que ellos nos sigan protegiendo. Ustedes no entienden muchas cosas que nosotros hacemos, no nos respetan, quieren que seamos pareciditos a ustedes y eso no nos gusta. Muchos changos de acá se van a la ciudad y abandonan para siempre sus pagos, allá están en la ciudad pero viven la miseria. A mi me gusta ir a la ciudad y una vez intenté irme de acá para siempre, pero allá nadie te ayuda y te tratan muy mal, aquí tengo de todo, especialmente muchos vecinos y parientes que nos ayudamos en todo. Así es don, no solamente el agua limpia, el fuego es lo mejor para estos casos, por eso siempre vamos a quemar los cerros, por respeto a ellos y a nuestros padres y abuelos que así nos enseñaron.
Rodrigo se sintió turbado, vacilante, irresoluto...sin respuestas ni preguntas...vacío y satisfecho, sórdido y magnánimo, ...extraña sensación indescriptible.

domingo, 24 de agosto de 2014

LA MUSICA DE SALTA

Salta es una región rica en costumbres y tradiciones populares. En su pueblo se han arraigado diferentes expresiones que han sobrevivido por generaciones y entre esa mezcla de culturas migratorias con las culturas originarias, se fueron transformando y agregando nuevas manifestaciones, sin perder el valor y el origen.
De lo que se conoce podemos decir que el primer músico nacido en Salta, precisamente en el poblado de Talavera (luego Esteco) en 1606 fue el padre Juan Vizcaíno de Aguero, quien fue instruido en la Universidad de Córdoba en filosofía, maestría en arte y música.
Históricamente la gente de esta región siempre fue muy alegre y festiva, y la fiesta incluía el baile, y el baile la música y los músicos. Acordeón, violín, guitarra, bombo, flauta y algún arpa eran los principales instrumentos utilizados a principios de siglo. Algunas investigaciones añaden cajas, charangos, quenas y sikus.
Fiestas - como el carnaval - se convirtieron en grandes embalses de diversas corrientes musicales que, procedentes del Perú, Chile y el Alto Perú (hoy Bolivia), ejercieron una influencia directa y visible sobre el folklore salteño.
El arriero que llevaba hacia esos sitios mulas engordadas en los valles salteños, retornaba con monedas de plata, artículos traídos de España, modismos, elementos de música y baile y hasta con mujer. Del Perú trajo la vidala, mientras que la zamba antigua procede del norte chileno.
La "Zamba", última descendiente de la antigua "Zamacueca" peruana, reúne en su juego musical y coreográfico las características de un poema, donde se sintetiza todo el proceso amoroso que el hombre aspira cumplir como esencial función de la vida. Es la música y la danza con trayectoria histórica más documentada y la más discutida con respecto al origen de su denominación y procedencia.
Con el titulo de "Zamba", aparece anotada por primera vez en "Recuerdos de Treinta Años", de José Zapiola, definiéndola "como muy popular en Chile entre los años 1812-1813" y nuevamente apuntada por María Graham, el 5 de setiembre de 1822 en su "Diario de Residencia en Chile". Además es reconocida indistintamente como "Zama-cueca", "Cueca", "Marinera", etc., denominándosela "Chilena" en las provincias de Salta y Jujuy, designación que se popularizó hasta en el Perú, cuna de este baile, donde se cultivó con entusiasmo y se la consideró como una verdadera danza nacional, hasta que sobrevino la guerra con Chile (1879). A partir de ese momento no viendo con simpatía aquella denominación que les recordaba el nombre de sus contendores, a instancia del intelectual y humorista Abelardo Gamarra, más conocido por el seudónimo de "El Tunante", cambió el rótulo de "Chilena" por el de "Marinera", en homenaje a las hazañas del "Huáscar", buque de la marina peruana. La "Zamba", cumbre de nuestras danzas tradicionales, es reconocida con ese nombre en las provincias mediterráneas y con el de "Cueca" en toda la región cordillerana.
Don Artidorio Cresseri
No es pura coincidencia que en 1872 naciera en Salta el músico Artidorio Cresseri, autor de "La López Pereyra", expresión emblemática de la zamba salteña. Escrita a finales de la década de 1910, su título original fue: "Chilena dedicada al doctor Carlos López Pereyra".
El Payo Solá
Por ello, el folklore del norte, es una "ciencia" para los estudiosos por esa conjugación de bienes culturales, porque esta tierra y su gente viven, hacen y son parte de la expresión genuina del folklore.
Dn. Marcos Tames
Hablar de Salta, la linda es un porqué, donde se incorporan todos aquellos acerbos empíricos de las costumbres, vestimentas, danzas, música, creencias, leyendas, mitos, artesanías, comidas, etc.
Los Cuatro Hermanos Salteños
La baguala, copla sentida del gaucho sigue cantando los versos que escribió el pueblo, en tanto que zambas, chacareras, cuecas y carnavalitos son el folklore vivo y espontáneo y en la contracara de los senderos de cerros y quebradas, montes y cordilleras altas, tratan de revivir de entre las raíces la tradición de culturas milenarias de los pueblos originarios de la América morena.

Dino Saluzzi
El Duo Salteño

Jaime Dávalos es la más formidable catapulta de la mejor poesía y música del Noroeste a partir de la segunda mitad de los años cuarenta.
Nació en San Lorenzo, Provincia de Salta, el 20 de enero de 1921, y desde la cuna tenía el destino marcado: Su padre era Juan Carlos Dávalos, nada menos. Cursó estudios en su ciudad natal. Recorrió íntegramente su suelo patrio, de uno a otro confín, en contacto íntimo con la tierra y sus hombres.
Treinta y nueve años pasaron hasta que este salteño empezó a salir del velo del anonimato, aunque había empezado a publicar a los veintiseis. Y a partir de 1960 libros, y poesías, y cancioneros se sucedieron, y también los premios y los reconocimientos. Musicalmente se inició con la armónica pero al igual qeu sus seis hermanos, se inclinaría por el canto con guitarra. Entre fines del 50' y principios del 60' tuvo sus propios espacios en televisión: "El Patio de Jaime Dávalos" y "Desde el Corazón de la Tierra", éste último ganador del Martín Fierro otorgado por los periodistas de radio y televisión.
Formó una dupla inigualable con otro salteño, Eduardo Falú. Todos saben lo que salió de esa mezcla: la mejor letra con la mejor música. Y ganas de renovar el folklore, que por esos años ya sufría lo que sigue sufriendo hoy. Mal de muchos, consuelo de tontos. Junto con Manuel Castilla y Cuchi Leguizamón, los de estos dos salteños quedan grabados en el folklore serio de la época.
Cuentan que tocaba de oído la guitarra y el charango. Que, como buen poeta, nunca pudo estar mucho tiempo quieto y salió a buscar al país como dibujante, alfarero y titiritero. En cuál de esas tardes habrán nacido las obras maestras como Río de tigres, Zamba de la Candelaria o Las Golondrinas.
Jaime Dávalos tuvo siete hijos: de su primer matrmonio con Rosa, tuvo a Julia Elena (conocida cantante), Luz María, Jaime Arturo y Constanza. De su segundo matrimonio (con María Rosa Poggi) tuvo a Marcelo, Valeria y Florencia. Todos de alguna manera se mantuvieron ligados a la música y al arte, continuando la tradición de una familia de artistas
Según el crítico René Vargas Vera, "Jaime Dávalos era una celebración de la vida, de la inventiva, de la libertad. Era báquico por la inspiración que le dictaba su inseparable vino; epicúreo por celebrar el goce espiritual de la creación; sibarita por su espíritu refinado; hedonista por amar los placeres de la vida".
Le debe haber quedado poco por vivir. Fallece en Buenos Aires el 3 de diciembre de 1981.

Ha reunido en varios libros su producción de escritor, entre los que citamos:
  • 1947: Rastro seco (poemas, Salta)
  • 1957: El nombrador (poemas y canciones, Buenos Aires, dos ediciones)
  • 1959: Toro viene el río (relatos, Buenos Aires)
  • 1959: Coplas y canciones o Poemas y canciones (Buenos Aires)
  • 1960: Solalto
  • 1962: Canciones de Jaime Dávalos
  • 1967: La estrella
  • 1974: Cantos rodados
  • 1980: Cancionero
  • 1987: Coplas al vino
  • Dávalos por Dávalos, donde su hija Julia Elena Dávalos rescata parte del cancionero de su padre.
Con respecto a las coplas, que escribió y recopiló con ávido afán, dice Dávalos: «Desde México a nuestra Argentina, la copla bajó por sobre el geológico espinazo cordillerano del continente atando lenguas y corazones, fijando un alma y un idioma comunes, poniéndole palabras a nuestros desmesurados silencios planetarios, donde el hombre americano, síntesis de todas las razas, convive con su madre tierra, ama y trabaja atado a un solo destino: la unión definitiva de América».
Muchas de sus composiciones fueron recopiladas en 1962 en Canciones de Jaime Dávalos. Entre ellas se pueden citar:
  • Canción del jangadero
  • Hacia la ausencia
  • La angaquera
  • La golondrina
  • La nochera
  • La verderrama (cueca)
  • Pato sirirí
  • Tiempo dorado
  • Trago de sombra
  • Vamos a la zafra
  • Vidala del nombrador
  • Zamba de la Candelaria
  • Zamba de los mineros
  • Zamba de San Juan
  • Zamba de un triste
  • Zamba enamorada.
Temor del sábado
El patrón tiene miedo que se machen
con vino los mineros.
El sabe que les entra como un chorro
de gritos en el cuerpo.
Que enroscado en las cuevas de la sangre
les hallará el silencio,
el oscuro silencio de la piedra
que come sombra socavón adentro.
Que volverá, morado,
con bagualas del fondo de los huesos
su voz, golpeando dura como un puño
en el tambor del pecho.
Con pupilas abiertas como tajos
le pedirán aumento,
mientras quiebren, girando entre las manos,
el ala del sombrero,
y los ojos, de polvo y pena tristes,
les caigan como manchas sobre el suelo.
Hay que esconder el vino entre cerrojos,
el vino pendenciero.
Hay que esconder el vino como un crimen,
el vino pedigüeño.
Que ni una gota más caiga en la boca
desierta del minero,
donde el grito se tapa con la coca,
y con alcohol la sed de amor y besos.
Hay que esconder la primavera en sangre
del vino que descubre los secretos.
El patrón ha mandado que lo guarden
y se ha vuelto vinagre en el encierro,
de noche tiene vómitos y duendes
de luna que se bañan en su cuerpo.
Los ojos del patrón lo custodiaban
por arriba del sueño,
los ojos del patrón tienen dos ángeles
desvelados de miedo.
Jaime Dávalos

Dice Jaime:   “Yo soy un ser de una gran fecundia verbal. Capaz de hablar horas, días, años. Porque es como pircar; un viejo oficio de hombre que llevo puesto en la sangre, que lo he heredado de los mayores boliches, de la gente que no sabe que sabe, pero cuando empieza a averiguar le sale ese saber que ellos no saben: el saber popular.
   Me jugué todo lo que tenía a las manos de los hombres simples de la tierra. Creo en ellos. Me visto con las ropas que ellos hacen. Todas las palabras que hablo están potenciadas con el símbolo que callan los otros, aquellos que me enseñaron a hablar callando.
   El silencio es el creador de la música. Los pueblos que han perdido el silencio han perdido también el oído para la música. No pueden distinguir el sol ni el fa de la claridad del mediodía o el atardecer. Ni en la luz lo que hay de música. Ni lo que hay de potencial música en la apertura de una boca que ya va a cantar y que no canta nunca. O que ha terminado de cantar una baguala y se ha quedado dormido, de noche, echado como un ciego.
   El hombre es un animal religioso. Debe tener fe. Fe en sí mismo, fe en algo superior, fe en algo que existe más allá. Porque todo lo superior que se enuncia en nosotros es, simplemente, la anticipación de la existencia de algo lejano. Ciegos hay que ven más claro que los que abren los ojos. Ciegos que ven para adentro, adentro de su alma.
   Soy de difícil callar, largo demasiado el buche. Por eso nunca puedo estar metido en una cosa tramposa. Yo soy este que se ve de mí. Esto que soy en lo visible. No soy más que la apariencia, sombra que anda caminando, como dice la copla. En la copla, en los modos de conducta, hay un montón de cosas del folclore que uno no atina a saber de dónde vienen: es sabiduría vieja. Actitudes que he visto de mi padre que se repiten ahora en mí, como si yo fuera hoy el fantasma de él y todo eso en alguna medida muestra a aquel que asume a su padre, a su madre, a su patria, a su tierra. Acepta eso, se lo carga al hombro, con todos sus defectos, con todas sus virtudes.
(...)
   La literatura, si no imita la vida, no es literatura. Ella traduce la vida profundamente. Leer es vivir. Y a pesar de que la literatura es letra... Pero la letra muerta no tiene sentido. Es apilar noticias o información idiota, cuando hay cosas tan sustanciales para decir y pensar, o dejar enunciadas para que otro las siga pensando. Porque no todo se lo puede decir. A veces más importante que decir es enunciar cosas. Por eso creo en la brevedad de la poesía que enuncia cosas.
   Uno debe pensar todos los días en que nace a la mañana y muere un poco con el día, al atardecer. Cada día es el aula donde uno aprende el oficio más importante; el oficio de ser hombre. Y el hombre, según Kierkegaard, es un ser nacido para la muerte. Lo importante es que lo sepa. No que luche desesperadamente por llegar a la muerte, pero que tenga el coraje de sonreír cuando la tenga a su lado. Con la inminencia de que se acostará en nuestros huesos, con nosotros, un amor profundo y eterno bajo la tierra. Y no tener el desenfreno idiota de drogarse, que a veces es miedo. Ese miedo a la muerte que lleva al hombre a drogarse para que lo sorprenda aquello que él sabe que lo va a sorprender. No quiere asumir la muerte como algo que lo sorprenda, sino como algo que él gobierne. Apoderarse del derecho a morir. Se suicida. Conozco montones de curdas en todas las partes del país. Curdas que he seguido hasta el alba y les he empezado a ver el ronroneo de una máquina descompuesta, una demencia reiterativa, un delirio, una furia que vuelve a la misma cosa. Un centro que lo obceca. Y la obsesión se convierte trágicamente en algo que lo desespera. Ya el alcohol es un anularse. No quisiera pensar su obsesión, sin embargo insiste en embriagarse para no pensar en ella. Pero no querer pensar en tal cosa, es ya pensar en ella.
   Uno no puede desasirse de esa especie de sino trágico de la conciencia de que todo se le va, todo se le escapa. En ese momento, creo, hay que tomar tranquilamente un vino y esperar como diría Omar Khayyam, que suceda la muerte. Es lo único que vamos a afrontar responsablemente. Quiera Dios que con un sentido calmo. Yo soy un guerrero pacifista. Creo que a esta edad debo componer vidrios; ya he roto demasiados. En alguna medida sirve a esa edad. Cada edad tiene su corazón. Y la edad que no tiene el corazón de su edad, tiene de su edad la desdicha. Si yo, a los 58 años, quiero atrapar lo que no me pertenece estoy perdido.
   La belleza tiene un sentido social profundo. El hombre necesita belleza. Y esclarecer el espíritu para tener reposo y paz. ¿La desesperación por tener...? ¿Tener qué? Todo lo va a dejar. Nadie se lleva nada más allá. Hay un gran escritor mexicano que me encanta: Rulfo. Autor de un libro que se llama Pedro Páramo. Parece que él hubiera puesto en hora los sueños míos.”

sábado, 16 de agosto de 2014

mitos-leyendas-relatos

INTRODUCCIÓN
MITOS - LEYENDAS - RELATOS
El MITO es una narración que, desde un lenguaje simbólico, recupera los orígenes, el mundo en su inicial creación divina. Esta cosmogonía alude generalmente al nacimiento del universo o al tema de cómo fueron creados los seres humanos y animales, o cómo se originaron las creencias, los ritos y las formas de vida de un pueblo.
Por otro lado, la LEYENDA es una narración tradicional o una colección de narraciones relacionadas entre sí que parte de situaciones históricamente verídicas, pero que luego puede incorporar elementos ficcionales. Las leyendas son relatos de determinados sucesos extraordinarios o fantásticos, que el pueblo considera fehacientemente ocurridos en determinado tiempo y lugar. Se basan en personajes o hechos reales o supuestos, en indicios naturales, en creencias religiosas y en supersticiones.
Los RELATOS que en vez de narrar un acontecimiento notable de este tipo, exponen simplemente una creencia y la acreditan con episodios anecdóticos, no constituyen leyendas propiamente dichas. De todos modos, si tienen unidad narrativa, suele llamárselos leyendas, lo mismo que los relatos anecdóticos, sin veracidad documental, relativos a sucesos o personajes históricos.

LEYENDA RELIGIOSA :  En nuestro pasado histórico la fe religiosa ha recogido multitud de prodigios sobrenaturales, tales como los milagros de amor logrados por San Francisco Solano en su evangelización de los calchaquíes ; el asombroso advenimiento del "Cristo del Milagro" (1592) que se venera en la catedral de Salta ; el hallazgo de la "Virgen del Valle" en 1615, en la gruta de Choya, imagen que está en Catamarca, y el prestigio de los santos que se empecinan en quedarse en determinado lugar, que aparecen o desaparecen de donde no quieren estar, dando origen a santuarios famosos, a pueblos y especiales motivaciones devotas.

LEYENDAS HOSTORICAS : De la interpretación de determinados sucesos históricos, o de testimonios exagerados, se han derivado interesantes leyendas.
A veces la interpretación de un hecho histórico que ha impresionado vivamente, supone la intervención de fuerzas sobrenaturales. Por ejemplo, la destrucción de Esteco, en 1692, por un terremoto, suele atribuirse,  como el relato bíblico, al castigo de su población impía.
Otras veces las leyendas históricas dan relieve a personajes admirados o temidos, atribuyéndoles hazañas, astucias y otros rasgos singulares.

LEYENDAS GEOGRAFICAS: Ha sido frecuente atribuir cualidades humanas o sobrehumanas a cerros, lagunas y otros lugares de difícil acceso o donde es fácil extraviarse. Comúnmente se incurre en interpretaciones animistas o se crean númenes como custodios de dichos lugares.

LEYENDA DE FLORA Y FAUNA : En su mayor parte estas leyendas son de carácter etiológico (del griego "aitia", causa), pues se proponen explicar la causa u origen de un hecho cierto, como puede ser el color de una flor, o el grito de un animal.
Quizás la más conocida es la leyenda norteña del cacuy, nombre quechua de un pájaro que en guaraní llaman urutaú o guemicué.
Otra leyenda etiológica de este tipo nos llega de tierras guaraníticas ; es la de la flor del mburucuyá, la que los cristianos llamaron pasionaria, por haber descubierto en ella los atributos de la pasión de Jesús.
Otra leyenda guaraní cuenta de este modo el origen del irupé o victoria regia, la bellísima planta acuática.

LEYENDA ANIMISTA :La superstición popular ha creado númenes y mitos numerosos, algunos de los cuales motivaron conocidas leyendas.
  Así como en los valles calchaquíes se tenía a Llantay por deidad protectora de las aves, y le hacían ofrendas los cazadores, Coquena es considerado más al norte, como numen protector de las vicuñas y guanacos.

sábado, 9 de agosto de 2014

Reserva Natural Finca Las Costas
Descripción General:Se creo en el año 1995 a partir del decreto provincial 2.327. Su finalidad es la conservación de la cuenca productora de agua más importante de la ciudad de Salta y un sector de bosques montanos.La ecorregión pertenece a las Yungas.Ubicación:Desde la ciudad de Salta se accede a la cercana villa San Lorenzo recorriendo solo 14 km. por autopista.Alternativas Turísticas:La localidad más cercana es Salta. Se pueden realizar recorridos en bicicleta o en cuatriciclo, cabalgatas y caminatas, recorriendo los senderos de la quebrada de Arteaga y del Potrero Grande o bien ascendiendo el cerro de la Cruz.Geografía:El área contiene una cuenca hídrica cuyas nacientes se localizan en la zona montañosa destinada a la provisión de agua potable para la ciudad de Salta. Al noroeste de la finca se localiza la quebrada de Arteaga, con alrededor de 4 km. de extensión. También encontramos al cerro de la Cruz.Al llamado Potrero Grande se puede acceder siguiendo aguas arriba el arroyo Potrero.La parte baja de éste área corresponde a las llamadas Lomas de Medeiro.Flora y Fauna:Se hallan representados el bosque montano, la selva de transición y la selva montana. Algunas especies vegetales para mencionar son los laureles, los matos y los horco molles. La zona conocida como Potrero Grande es un campo cubierto de pastizales donde se realiza pastoreo de caballos.En la Reserva se halla la Estación de fauna silvestre y vivero forestal Las Costas, de 62 ha, que resguarda en cautiverio especies animales autóctonas como ñandú, cóndor, vicuña y mono caí.La parte baja de esta reserva, donde se localiza la mencionada Estación de Fauna, presenta similitudes de flora y fauna con el Área de Conservación Campo General Belgrano. Esto se debe a que solo se encuentra separada de la misma por la ruta y por una franja urbanizada.
Reserva Provincial Acambuco
Descripción General:Su creación fue en 1979, mediante la ley provincial 5.360 cuya finalidad apunta a una zona silvestre representativa de la ecorregión de las Yungas, en donde se apunta como objetivo general la conservación de la selva de la sierra de Tartagal. Asimismo, las zonas boscosas se declaran Reserva Forestal Permanente y Semilleros a Perpetuidad.Su ecorregión, consiste en formaciones boscosas son representativas de selvas pedemontanas, de la provincia fitogeográfica de las Yungas.Ubicación:Ubicado a 50 km. de la localidad de Tartagal, desde donde se debe tomar la RN.34 y continuar por la RP.56 hasta llegar al valle de Acambuco.Geografía:Acambuco se encuentra enclavado en una zona formada por tres cordones montañosos, por cuya parte central cruza el valle de Acambuco. La altitud es variable, y alcanza hasta 1.400 metros en los picos superiores, y unos 500 m en el valle.El río Seco discurre a través del valle.El principal curso de agua es el río Acambuco, que hacia el este desemboca en el río Bermejo.Flora y Fauna:Entre la vegetación aquí presente son notorias algunas especies que crecen en las laderas, como el cedro salteño, el roble o palo trébol, etc.En cuanto a los mamíferos, encontramos el acutí rojizo; a armadillos, el mono caí, ocelote, etc.
  
PARQUE PROVINCIAL “LAGUNA PINTASCAYO”
Departamento : Orán.Norma Legal: Decreto 3273/00.Superficie: 12.139 ha.Ubicada al noroeste de la ciudad de Orán. Se encuentra dentro de la región fitogeográfica de Yungas.Limita al norte con la finca el Arazayal, al este y al sur con el río Pescado, y al oeste con varias propiedades privadas.Cabe destacar que esta Área Protegida esta incluida en la región considerada en el proyecto de la Reserva de Biosfera de Las Yungas.Rasgos naturales sobresalientes:• Serranías bajas con selva pedemontana (especies principales lapacho, quina, cebil, palo amarillo, palo blanco, afata, cedro y roble) y selvas montanas (laureles y mirtaceas)• Laguna Pintascayo: rodeada por bosques muy particulares de aliso de río o bobadales, y sauce. De acuerdo a la observación de la laguna en imágenes satelitales y a los conocimientos de la región podría tratarse de la laguna mas grande y mejor conservada de las Yungas en Argentina. Alberga abundante avifauna, destacándose el pato real o pato criollo (que nidifica en los árboles, es uno de los mas grandes de tamaño y se considera vulnerable, en algunos lugares raro, se lo caza mucho y sufre la reducción de su hábitat – ambientes acuáticos con bosque); garzas, espátula rosada, etc. También viven en la laguna carpinchos y caimanes.• Playas y río Pescado: En el río hay mucha fauna ictícola como dorado, bagres, sábalos, bogas, viejas de agua, etc.• Fauna: Existen en la reserva muchas aves (en dos días se registraron aprox. 130 especies) destacándose ara o maracaná cuello amarillo (es un papagayo de tamaño mediano) y es abundante; tucanes, pavas de monte. En mamíferos se vieron huellas de tapir, mayuato, puma, corzuela, lobito de río.Se menciona que hay yaguareté.Estudios Realizados en el Área:Hasta el momento se realizaron dos estudios desde que el área fue declarada área protegida en el Parque Provincial Laguna de Pintascayo, en el marco del Convenio de Cooperación firmado entre la Secretaría de Desarrollo Sustentable y Política Ambiental de la Nación, la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Provincia de Salta y la Fundación Proyungas:• Relevamiento Preliminar de la Biodiversidad del Parque Provincial Launa de Pintascayo, a cargo de LIEY (Laboratorio de Investigaciones Ecológicas de las Yungas)• Actividad ganadera y estado de conservación en el parque Provincial Laguna de Pintascayo. Pablo Perovic, Soledad de Bustos, Carlos Trucco, Mariano Codesido. 2001.